viernes, 8 de enero de 2016

Debe sujetarse la mujer a su marido? (Parte II)

Tomemos de nuevo el texto bíblico de 1 Pe. 3:1

"Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas"

Antes de continuar te recomiendo que vuelvas a leer, si no lo has leído ya, el post de la parte I para entender mejor de lo que estamos hablando, clicando aquí.

En el post anterior vimos cómo en la Biblia todas las relaciones humanas, y aun es muy importante en nuestra sociedad para que ésta funcione, están sujetas a otras. Vimos de qué manera incluso, el Hijo está sujeto al Padre.

Así pues, no es de extrañar que la Palabra enseñe que la mujer deba sujetarse al marido (vulevo a insistir en leer la parte I) para que la familia funcione, teniendo en cuenta, claro está, en que los dos deben obedecer primeramente a los mandatos bíblicos de cumplir con sus roles (la mujer principalmente ser ayuda idónea y el hombre amar a su esposa como Cristo amó a su iglesia, como ya vimos también anteriormente)

¿Por qué la mujer debe sujetarse a su marido?

Piensa en una manada de lobos.

Hay un líder de la manada que la protege, la guía durante el invierno y a los  mejores lugares donde suele haber comida. La manada le sigue y le obedece. Cada miembro ocupa su lugar y está sujeto al líder. De esta manera la manada prospera.

De igual manera Dios puso al hombre como cabeza del hogar. Él debe ser el líder de su "manada". 

La esposa y sus hijos deben reconocer su liderazgo y le deben respeto. Para un esposo esto es fundamental. Necesita sentir que su familia confía en él y que es plenamente capaz de sustentar y proteger a su familia.

¿Significa que el marido manda?

Ser líder no significa ser un dictador. El buen líder pide la opinión de la esposa y tiene en cuenta también la de sus hijos. Debe estar abierto, por tanto, a escucharlos, pero la última palabra debe ser siempre la de él.

¿Y si se equivoca?

Si se equivoca habrá aprendido una valiosa lección que le ayudará a ser mejor esposo o padre, y es importante que su mujer no le recrimine con palabras como "¡Te lo dije!"

Hay un dicho muy conocido que dice que "el marido es la cabeza pero la mujer es el pescuezo". Ciertamente las esposas ejercemos una gran influencia sobre nuestros esposos. Si queremos que ellos mejoren y lleguen a ser buenos esposos y padres, un gran porcentaje depende de nosotras.

¿Qué pasa si mi marido no es creyente, también debo sujetarme a él?

El versículo de 1 de Pedro 1:3 lo deja bien claro: 

"para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas"

Tú puedes ganar a tu esposo inconverso por tu conducta. 

He visto muchas escenas de mujeres de maridos no creyentes reprocharles todo lo que hacen porque "eso no le gusta a Dios". Recuerda que en este caso tu marido no puede entender las cosas de Dios como tú las entiendes, para él son locura, y si además tiene a una mujer que sólo hace que regañarle, se cerrará todavía más a las cosas espirituales.

Gánalo con respeto, amor, paciencia y mucha oración.







martes, 1 de diciembre de 2015

Debe sujetarse la mujer a su marido? (Parte I)

He aquí la gran pregunta.

Pregunta polémica, pregunta tabú de la que no se suele predicar mucho hoy en día, pero creo que es fundamental conocer su significado como base para nuestra vida familiar, y más concretamente en la relación marido-mujer.

He leído varios artículos y escuchado varias predicaciones de hombres serios de Dios sobre el tema durante los últimos dos meses, y por supuesto, he tenido una fantástica entrevista con mis pastores.

Como es un tema que me apasiona, me he dirigido también a nuestra biblioteca bíblica personal, bastante surtida a través de los años gracias a Alex, y después de leer en varios comentarios, por fin he visto la luz. Puedo decir abiertamente que el Espíritu Santo me ha estado iluminando y por fin puedo escribir sobre ello con la confianza de saber qué es lo que Dios dice en su Palabra al respecto, así que paso a resumirlo en una idea sencilla, sin elucubraciones teológicas difíciles. Creo que hasta un niño podría entenderlo. Para ello me baso en las citas bíblicas que encontraréis más abajo.

Empezaré diciendo que:

Todas las relaciones humanas en el Nuevo testamento se basan en una relación de sujeción, incluida la relación del Hijo con el Padre.

Es así como funcionan las cosas, incluso hoy en nuestra sociedad. Yo diría además que es totalmente necesario.

Vamos a ver unos ejemplos:

Hijos sujetos a los padres (Ef. 6:1-4)

Jóvenes sujetos a los mayores (1 Pe. 5:5)

Siervos sujetos a sus amos (1Pe. 2:18)

Sujetos a nuestros gobernantes (Rom. 13:1)

Sujetos los unos a los otros (Ef. 5:21)

Y por último:

Las mujeres sujetas a sus maridos (1 Pe.3:1)



"Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas"



Me gustaría analizar más detalladamente este versículo en una entrada posterior y poder ver más concretamente en qué consiste esta sujeción, pero hay otro ejemplo  que me ha sorprendido, y es la que me ha dado luz en este tema y en la que quisiera centrarme hoy, es la sujeción del Hijo al Padre.

Veamos algunos textos bíblicos:

"Mi hijo eres tú, yo te engendré hoy"(Salmo 2:7)

Indica procedencia. El Hijo procede de Dios.


"No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre, porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente"(Juan 5:19)

El Hijo se sujeta al Padre en todo lo que hace.

"...porque he dicho que voy al Padre, porque el Padre mayor es que yo" (Juan 14:28)

El hijo considera al Padre "superior" a sí mismo, en cuanto a la autoridad de su misión: la salvación.

"Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea en todos." (1 Co. 15:28)

Charles Hodge dice en el comentario de Simon J. Kistemaker, junto con William Hendriksen, que Dios hizo que todo en el cielo y en la tierra se sujetara al Hijo, por tanto es algo delegado por Dios a Cristo, su Hijo, como muestra la cita de 1 Corintios.

Nos surge automáticamente la pregunta: ¿Cómo puede el Hijo estar sujeto al Padre y al mismo tiempo ser igual a Él?

De la misma manera que la mujer es igual al varón, pero está sujeta a él.

Hodge aclara que es en su oficio de redentor y mediador que Cristo está sujeto al Padre. Tal es también así, que cuando haya terminado la tarea que Dios le encomendó, le entregará el reinado a Dios.

Resumiendo, podemos decir que aunque Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo son una misma persona divina (trinidad), es decir, tienen una misma naturaleza, cada uno cumple con su papel o su rol. Son iguales, pero diferentes al mismo tiempo.

De la misma manera, como explica la Biblia, y de lo que hemos hablado ya en entradas anteriores, la mujer procede del varón. Los dos fueron creados a imagen de Dios, los dos son una misma carne, tienen una misma naturaleza.

Los dos son iguales ante Dios. Ninguno es más que otro, como algunos han malinterpretado a la ligera, pero sí son diferentes tanto en roles como en autoridad. 

Espero haberlo sabido explicar y, por favor, os doy la libertad de comentar.

No dejéis de leer la segunda parte. Espero poder  publicarla muy pronto.















viernes, 20 de noviembre de 2015

Doulas



Me miro al espejo y casi no me reconozco. La falta de sueño y de tiempo se reflejan sin duda en mi rostro, eso por no hablar de los kilos de más.

Me he tenido que reinventar otro peinado más práctico. Tengo que decir adiós a mis vintage "pin curls" por un tiempo.

Pensé que después que se fueran mi madre y mi hermana  no sería capaz de continuar con mi vida hogareña. ¡Oh sí! Ellas han sido mis "doulas" durante 15 días. No hubiera sido capaz de salir adelante ni física, emocional ni psicológica mente yo sola. Y aunque Alex ha estado ahí, no es lo mismo. Él estuvo a mi lado sin comer ni dormir durante todo el tiempo que duró el parto, nada más y nada menos que la friolera de 30 horitas, más los dos días de hospital. No puedo compensárselo con nada, simplemente es maravilloso estar casada con alguien como él.

Vayamos al grano. ¿Qué es una "doula"? Seguramente habréis oído acerca de esta figura "moderna" en las noticias, ya que ha suscitado bastante polémica. ¿El motivo?  Vamos a ver primeramente a qué se dedica.

La figura de la "doula" surge en estos últimos tiempos como una mujer que se dedica a cuidar  y acompañar a otra mujer durante su embarazo, parto y puerperio a nivel físico y emocional. Debe tener conocimientos básicos sobre  fisiología del embarazo, puericultura y lactancia, pero a día de hoy su formación no está regulada, y por supuesto, recibe un salario variable por su trabajo.

¿Por qué se contrata a una "doula"?

Es triste reconocer que actualmente se han perdido muchos conocimientos sobre el embarazo, el parto y la "cuarentena" posterior (ni qué deciros de la lactancia) ya que la maternidad cada vez está más desvalorizada en nuestra sociedad. A esto hay que sumarle que las parejas cada vez están más separadas de sus familias por causas laborales o  simples causas relacionales. Todo ello hace plantearse buscar ayuda para la madre, aunque sea pagando.

El problema se halla en saber cuándo la "doula", una desconocida, se extralimita en sus funciones. No es la primera vez que se sobrepasa entrometiéndose en otras funciones propias del personal sanitario, como la matrona o el pediatra, pues no hay manera fehaciente de saber realmente cuál es su verdadera formación.

Otro tipo de temores son los relacionados con la meditación trascendental, creencias y prácticas de relajación de sospechosas procedencias que estas mujeres practican y animan a la madre a practicar también. Tal es así que se han ganado la fama de ser mujeres "raras" o medio hippies, y esto tampoco es justo para todo el colectivo. Y para más inri, los medios de comunicación ya las tilda de sectarias.

Las doulas de toda la vida

 Como madres, creo que es muy importante salvaguardar la figura de las verdaderas cuidadoras y también convertirnos algún día en una de ellas.

Tengo tres preciosos hijos, y en cada nacimiento, mi madre siempre estuvo ahí. Vivimos a unos 600 kms de distancia, pero eso nunca ha sido un problema. Durante 15 días ella ha viajado ya tres veces para cuidar de mi y de sus nietos. Ella ha cocinado, limpiado, fregado, comprado, me ha preparado tes y cafés y lo que ha sido menester. Esta labor es muy importante para una mujer embarazada y recién parida, pues surgen muchos miedos, inseguridades, bajones...y el esposo no puede entender muchos de ellos. Como persona, la mujer que acaba de dar a luz es muy vulnerable, sensible y se encuentra débil en todos los aspectos.

Ahora le digo a mi hija de 16 años que cuando ella sea madre, yo también estaré ahí.
Una vez más me doy cuenta de cuán importante son  las relaciones familiares. Cada uno, padres, abuelos, hermanos, suegros...tienen un rol importante que cumplir, debemos ser una piña. Eso agrada a Dios y está dentro de sus planes.

Y ahora que mi madre y mi hermana, que en esta ocasión  también ha venido, se han marchado, debo admitir que he querido continuar con el ritmo de antes, bueno, o parecido, pero es imposible. Un bebé recién nacido te cambia la vida durante un tiempo. Esto significa dedicación total a él, y cuando se queda dormido, nunca pre-visiblemente a la misma hora, está la comida, la colada, y todo lo que requiere los cuidados de una casa, y por supuesto, mis otros dos hijos y marido  (el permiso de paternidad es una verdadera bendición) en definitiva, mi hogar. Así que mis entradas al blog se verán limitadas durante algún tiempo.

Bueno, os dejo con algunas de las exquisiteces que me han preparado mis dos cuidadoras durante estos días, las echo de menos, la verdad... y también os dejo la retro foto de la semana.














lunes, 2 de noviembre de 2015

Gracias

Después de 12  días ausente vuelvo por fin a escribir unas líneas.

El pasado 21 de Octubre di a luz a nuestro pequeño Alexandre. Fue el parto más doloroso y largo de los tres, ¡quién me lo iba a decir! Pero el sufrimiento valió la pena y Alex y yo lloramos juntos al tenerlo por fin en nuestros brazos. ¡Doy tantas gracias a Dios! El milagro de la vida...

La adaptación también ha resultado difícil la primera semana. No dormir, lactancia a demanda (grietas los primeros 10 días) convalecencia sin salir de casa, con todo lo que conlleva el puerperio, etc. Y la verdad es que me gustará mucho poder tratar alguno de estos temas muy pronto, cuando tenga algo más de tiempo.

Agradecimientos

Si de algo estoy inmensamente agradecida es de la ayuda recibida por parte de mi familia, empezando por Alex, que estuvo las 30 horas que duró la dilatación a mi lado, sin comer y sin dormir, cogido de mi mano. A mi suegro por viajar desde Madrid para hacerse cargo de mis dos hijos. A ellos dos, tan dispuestos a ayudar en lo que ha hecho falta, y por supuesto a mis dos queridas "doulas", mi madre y mi hermana pequeña, que llegaron en el momento preciso en mi auxilio.

Gracias a Rosa, mi matrona, que tanto me ha ayudado y aconsejado durante todo el embarazo, por ser tan delicada y atenta en todo momento.

Gracias también a todas aquellas personas que me han demostrado su cariño de una u otra forma. Por esos detalles que he recibido en el momento oportuno, desde ropita a cosas de aseo o unas flores,(gracias cuñada, tú ya sabes por qué) por el respeto a mi recuperación y tiempo de descanso, por las visitas, por cada sonrisa y palabras de ánimo.

Quisiera la semana que viene compartiros más acerca de la figura de la "doula", no como una invención moderna, sino como un personaje que ha llevado a cabo su función  toda la vida. Si quieres saber más acerca del tema te invito a que leas el post del martes que viene.

Por hoy os dejo, voy a atender a mi bebé.




















viernes, 16 de octubre de 2015

Maridos, amad a vuestras mujeres.


¡Feliz Viernes a todos!

Os comparto hoy la segunda parte del tema en el que nos quedamos la semana pasada. Estuvimos viendo que no solamente nosotras como mujeres nos debemos al cuidado y a la ayuda de nuestros esposos, sino que ellos tienen una parte muy importante que cumplir para  que la relación funcione y se asemeje lo más posible al diseño de Dios para nosotros como matrimonio.

Espero que el Espíritu Santo traiga luz a tu vida hoy.


"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (...) Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne." (Ef. 5: 25-31)


Creo que el texto por sí sólo nos dice muchas cosas, y bastante claras, además. Se podría escribir mucho acerca del tema. Yo solamente voy a hacer algunas  anotaciones que a mí personalmente me han impactado, pues no pretendo hacer ningún estudio, que ya hay muchos. Espero que te sirva lo que quiero compartir contigo hoy..

¿Qué te llama la atención?

Lo que más destaca en estos versículos es la comparación entre el amor de Cristo por su iglesia y el amor de los esposos por sus esposas. 

¿Qué clase de amor es este? 

Sin duda, un amor que va más allá de lo físico, que incluye no tan sólo las emociones, sino la mente, el espíritu y la voluntad. Este es el amor que Dios pide al varón que tenga por su mujer. Un amor abnegado como el amor de Cristo por su iglesia, que le llevó a entregarse a sí mismo por ella. 

¿Y qué quiere Cristo para su iglesia?

Una iglesia pura, sin mancha, santificada, apartada para Él. Una iglesia que le sirva y que cumpla con su misión en la Tierra. ¿verdad?

El esposo  también quiere una esposa igual para él.

De igual forma que la iglesia sin Cristo no es ni puede hacer nada, la esposa sin el esposo, y viceversa, tampoco, "no puede ir cada uno por separado" pues los dos son un equipo, "una sola carne" íntimamente unidos con una misión: edificar su hogar, impactar al mundo, dar a conocer las Buenas Nuevas de salvación. 

Me gustaría pararme  también en la frase que dice "la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia"

El marido tiene el deber de sustentar y cuidar de su mujer porque es "carne de su carne y huesos de sus huesos", no por obligación, sino por amor, porque forma parte de él mismo. 

La mujer moderna dice "yo puedo sola, no necesito al hombre para vivir". Nadie pone en duda esta capacidad, las mujeres somos muy fuertes, aunque en todos los casos, y más si se tienen hijos, es duro y penoso llevar una carga tan grande en solitario, y es porque simplemente ese no es el plan original de  Dios. 


Para terminar hoy, quiero que comprendas, como hija de Dios, por qué es tan importante conocer su Palabra y aplicarla en nuestras vidas. La Palabra es viva y eficaz (Heb. 4:12) la Palabra es luz (Sal. 119:105)y su verdad nos hace libres (Jn. 8:32)

En el momento en el que esposo y esposa desconocen estos textos que estamos estudiando: desconocen que la mujer es una ayuda idónea perfecta para el hombre, desconocen que ellas son fuertes y no débiles, desconocen, los  varones, que deben amar a sus esposas conduciéndose con sabiduría, cuidándolas como a vaso frágil, amándolas como Cristo a la iglesia, y ambos desconocen que son una misma carne, un equipo con una misión...si desconocen estas poderosas verdades que son las que pueden cambiar sus matrimonios, entonces van a creer otras verdades erróneas que van a absorber casi sin darse cuenta del exterior. 

Es por ello que cada uno tiende a mirar por sí mismo, y no por el otro, se ven como dos entidades diferentes, se juzgan el uno al otro, compiten el uno con el otro y sin darse cuenta, ¡pluf! se acabó el amor.

La Biblia nos enseña cómo debemos amar, porque realmente no sabemos cómo amar.   

Gracias de nuevo por leerme. 
















martes, 13 de octubre de 2015

Cuidando de él

Como os prometí la semana pasada hoy vamos a ver algunos consejos para saber cómo ayudar y cuidar de nuestros maridos.

En anteriores entradas ya hemos visto que somos ayuda idónea y también que somos mujeres fuertes.

Te sorprenderás al descubrir que cuidar a un hombre es más sencillo de lo que parece. De hecho, contentarnos a nosotras es mucho más, pero muchísimo más difícil para ellos.

La idea básica que tienes que tener en la cabeza es la típica frase: "son como niños". Y la verdad, no hay mucha diferencia en cuidar a un niño que cuidar a un esposo. Pero antes de ver en qué consiste esto debes tener muy en cuenta lo siguiente:

Ante todo:

Respeto

Si hay algo que más valore un hombre de su mujer es el respeto.

Respeto por quién es, por el lugar que ocupa en la familia, por su trabajo, sea cuál sea, por sus gustos y aficiones y, aunque no siempre sean acertadas, también por sus decisiones.

Muchas mujeres faltan continuamente el respeto a sus maridos, y no tan sólo a nivel privado, sino en público, delante de los hijos o de otros familiares o amigos.

Te recuerdo que nuestra influencia en ellos es muy grande ¿recuerdas que tenemos un sexto sentido? Un don natural y sobrenatural para ayudarles, pero no lo vamos a lograr si les faltamos el respeto.

Afirmación

Un hombre necesita de su mujer palabras de afirmación. Aunque sean tan grandullones y fuertes tienen muchas inseguridades.

"Tú puedes", "Te salió genial la ponencia", "¿Qué haría yo sin ti?", "Me derrito por tus huesos", "Eres un buen padre", etc.

Si les das palabras de afirmación realmente le estarás ayudando a perfeccionarse en llegar a ser esa persona que deseas que sea y que Dios también desea que él sea.


Confianza

Un hombre valora mucho que su esposa confíe en él. De hecho, en una pareja donde no hay confianza no hay nada.

La confianza está basada en la amistad. Entonces debieras preguntarte ¿Somos realmente amigos?

Para mi, mi esposo es mi mejor amigo. No hay nada que él no sepa y que no le cuente. Me dirás: "Belén, no me lo creo". Pues realmente, lo creas o no, es así, y eso es lo que nos salvaguarda. Yo confío en él y él en mi. Hay que saber cómo y cuándo contar las cosas, eso sí, pero él y yo, somos uno, para lo bueno y para lo malo.

Os pondré un par de ejemplos:

Un día se me cayó el móvil al wc. Lo metí en arroz, le pasé el secador y lo recuperé. Era el único celular que compartíamos los dos. Ese mismo día él llegó cansado del trabajo y preocupado por otros temas, no era el momento adecuado, así que esperé unos días para contárselo, nos reímos mucho del suceso.

Alex y yo también tenemos pequeños pactos de confianza. Uno es referente al dinero, el otro referente a nuestra relación con personas del  otro sexo.

A partir de cierta cantidad de dinero pactado, los dos sabemos que debemos preguntarle al otro algo así como "¿te importa que me gaste esta cantidad en esto o aquello?" o "¿crees que me puedo comprar esto?" Esto nos da confianza para gastar cierto dinero en algunas cosas con plena confianza de que el otro es consciente de las necesidades económicas de la familia y que no lo va a derrochar.

En el otro tema tenemos pactado nunca estar a solas con otro hombre o mujer en ningún lugar cerrado. A pesar de que confiamos plenamente el uno en el otro, es un tema delicado.  Desgraciadamente conocemos casos muy cercanos de infidelidades, resbalones o llámese como quiera, que se pudieran haber evitado. Por eso dice la Palabra.

"El que piense estar firme, mire que no caiga" (1 Co. 10:12)

Bueno, para mí estas tres cosas son muy importantes, a tener en cuenta en nuestra relación con nuestros maridos. Vamos a ver ahora algunas de las necesidades básicas que ellos tienen y comprobarás por qué digo que son como niños.


Necesidades básicas de un esposo:


-Alimentarlos


La comida es muy importante, por ello saber cocinar y conocer aquellas cosas que les gustan es fundamental. Detalles como que la comida esté preparada cuando llega del trabajo,(siempre que sea posible y entendiendo que tú no tienes un trabajo secular) que para cenar se les sirva de una manera especial o  le sirvas su café o té en su taza preferida, preparar un vermú especial para el Domingo o traerle alguna "chuchería sorpresa" de vez en cuando son cosas que le hacen sentirse cuidado y amado.

-Vestirles

Cierto que hay hombres más presumidos que otros, pero que su ropa esté lista cuando la necesitan o que haya espuma de afeitar, es otra de las cosas con las que se sienten amados. A Alex por ejemplo, le encanta que yo le corte el cabello y le arregle el bigote y también le hace mucha ilusión ver su percha del Domingo con su ropa impecablemente planchada y que le ayude a colocarle los gemelos en los puños de la camisa. Son momentos cotidianos en los que nos sentimos cercanos. A mí personalmente, me encanta cuidarlo y verlo guapo.

- Respetar su espacio y sus aficiones

Simplemente sé que hay momentos en los que necesita desconectar. Durante esos momentos no sirve de nada que le hable o le pregunte cosas, es inútil. A veces no entiendo sus aficiones, pero de vez en cuando le pregunto cómo va la liga o quién ganó durante la partida con su amigo a algún juego de estrategia. Otras veces necesita salir a ver algún partido en el bar (los bares españoles nada tienen que ver con los de latino américa) y comentarlo con otros hombres.

-Suplir otras necesidades físicas.

Sí, me refiero al área íntima Una necesidad para ellos tan importante como el comer o respirar. Un tema muy interesante del que también hablaremos en su momento y del que la Biblia trata también. El diálogo es muy importante y aprender a disfrutar juntos también lo es.

¿Qué otras necesidades se te  ocurren? ¿Estás de acuerdo con las que yo menciono? Seguro que hay muchas más maneras, dependiendo del carácter o personalidad de cada uno, en las que  podemos cuidarlos y hacer que se sientan amados.

Pero ¿qué pasa cuando nosotras lo damos todo y ellos nada o casi nada? igual te preguntes.

Y yo digo,¿de qué sirve exigirles y mandarles de malas maneras?¿es así como esperas que cambien? Dios nos manda a que cumplamos cada uno con lo que debemos cumplir y Él hará el resto.

Ciertamente, hay dos partes que cumplir, como hablamos en el post de ¿Sexo débil? Si tú cuidas de él, como esa ayuda idónea, y él te trata sabiamente, como a vaso más frágil y te ama como Cristo amó a la iglesia, el fruto es espectacular. Eso es lo ideal.

He visto maridos tozudos cambiar gracias a la paciencia, constancia y fidelidad a la Palabra por parte de sus esposas, y por supuesto a sus oraciones. Pero creéme si tú haces tu parte por amor a él, de una manera genuina, puedes llevarte grandes sorpresas. De eso trata la foto de hoy, porque en definitiva, son como niños...












viernes, 9 de octubre de 2015

¿Sexo débil?

Es Viernes y toca  meditar un poquito en la Palabra de Dios.

La semana pasada estuvimos viendo que la mujer es ayuda idónea de su esposo, y el martes quiero inspiraros con ideas de cómo podemos ayudarles en sus necesidades más básicas. No os lo perdáis.

Allí os decía que  la Biblia no menciona explícitamente que el hombre debe ser también ayuda idónea de su esposa, pero ¿qué dice acerca de cómo debe ser su trato con ella? Vamos a verlo.

Texto bíblico:

1 Pedro 3:7

Efesios 5:25-31

"Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo" (1 Pe. 3:7)


"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (...) Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne." (Ef. 5: 25-31)

¿Interesante?

Quizá te estés preguntando "Belén pero te has saltado la primera parte, el tema de la sujeción, ¿qué pasa con eso?".

Cierto. He querido dejarlo para otro post, ya que es un tema algo incómodo para algunas mujeres. Por eso quiero que veamos hoy la segunda parte, nos ayudará a entender la primera.

Fíjate en las cosas que dice de manera imperativa el primer pasaje:


Vivid con ellas sabiamente

Esta frase insta al esposo a pensar y a meditar en cómo debe vivir con ella, de qué manera debe tratarle. Esto incluye el hecho de preguntarse qué es lo que necesita a nivel integral, física, emocional y espiritualmente. Creo que todo ello incluye el significado de "ayuda" ¿verdad?

Si nuestros esposos dedicaran un tiempito de vez en cuando a meditar en estas cosas, muchas de nuestras relaciones matrimoniales mejorarían. Pero para ello es imprescindible la comunicación, no basta solamente con que las piensen, sino que sería maravilloso que nos preguntaran ¿no es así?
Ya sabemos que para ellos hablar de sentimientos es difícil, pero te recomiendo que juntos apartéis de vez en cuando un tiempo a solas para conversar acerca de sentimientos profundos y necesidades mutuas. Vale la pena, y si a ellos seguramente les cuesta más, quizá el primer paso tengas que darlo tú.


Dar honor como a vaso más frágil

Me encanta esta frase.

"Dar honor" va más allá del respeto. Es una apreciación  muy alta de la persona a la que se ama y que viene acompañada también de admiración.

"como a vaso más frágil" se refiere a cuidado y protección.

A pesar de lo que algunas mujeres modernas digan, a la gran mayoría de las féminas nos gusta sentirnos protegidas por los hombres. Físicamente son más fuertes, grandes y robustos. Cuando nos rodean con sus fuertes brazos o nos defienden en alguna circunstancia, nos sentimos amadas y seguras, y a ellos les encanta proteger a la mujer que aman, forma parte de su naturaleza.

Somos pues, como un precioso, delicado y bello vaso, quizá más frágil físicamente en nuestra complexión, lo cual nos hace más vulnerables en  algunas circunstancias.

¿Quiere decir que la mujer es el "sexo débil"?

Para nada, no estoy de acuerdo con esta frase. No existe un sexo fuerte y otro débil. Cada uno tiene sus fortalezas y debilidades, por ejemplo, tú y yo sabemos que tenemos otro tipo de fortalezas físicas que ellos no tienen, como cuando damos  a luz o somos capaces de continuar con todas nuestras tareas estando enfermas, pero tener a nuestro lado a un esposo cuidadoso, atento y protector ante ciertas necesidades o amenazas físicas, completa nuestras vidas como mujeres, no tan sólo a nivel físico, sino también emocional. 


Coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Esta es otra de las frases que me encantan y me gusta explicarles a algunas mujeres.

La palabra "coheredera" se refiere a que tanto el hombre como la mujer comparten la misma herencia. Tanto el uno como el otro somos herederos del don de la vida y del privilegio de compartirla juntos como matrimonio.

"Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." (Gal. 3:28)

En el matrimonio, tenemos igualdad de condición. Somos un equipo que trabaja por una misma causa: nuestro hogar.


¿Y qué pasa si mi marido no es así de atento, respetuoso y protector?

En primer lugar, parto siempre de la premisa de que  existe un interés por ambas partes, esposo y esposa, de conocer el plan de Dios para nuestras vidas  y para nuestra familia. Este blog lo que pretende es dar a conocer cuáles son las herramientas bíblicas y ponerlas en práctica.

Mi esposo y yo tratamos a nivel personal con matrimonios "en apuros". Hay situaciones difíciles de solucionar, sobre todo cuando uno de los dos no es creyente. Amiga, si este es tu caso, te recomiendo que busques ayuda específica de tus pastores u otros consejeros  cristianos que sean serios.

Por otro lado, fíjate como termina la frase, "para que vuestras oraciones no tengan estorbo".

Es decir, que si el varón se cree superior a su mujer, usa de su orgullo o fortaleza física, etc. y no cumple con lo que la palabra enseña en este pasaje, no puede esperar que sus oraciones  sean tenidas en cuenta. ¡Tremenda enseñanza!


Si os parece, vamos a dejar el segundo pasaje para la semana que viene y así podemos meditar en lo que acabamos de leer. Me encantaría que libremente pudierais compartir vuestros pensamientos y comentarios.











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