martes, 13 de octubre de 2015

Cuidando de él

Como os prometí la semana pasada hoy vamos a ver algunos consejos para saber cómo ayudar y cuidar de nuestros maridos.

En anteriores entradas ya hemos visto que somos ayuda idónea y también que somos mujeres fuertes.

Te sorprenderás al descubrir que cuidar a un hombre es más sencillo de lo que parece. De hecho, contentarnos a nosotras es mucho más, pero muchísimo más difícil para ellos.

La idea básica que tienes que tener en la cabeza es la típica frase: "son como niños". Y la verdad, no hay mucha diferencia en cuidar a un niño que cuidar a un esposo. Pero antes de ver en qué consiste esto debes tener muy en cuenta lo siguiente:

Ante todo:

Respeto

Si hay algo que más valore un hombre de su mujer es el respeto.

Respeto por quién es, por el lugar que ocupa en la familia, por su trabajo, sea cuál sea, por sus gustos y aficiones y, aunque no siempre sean acertadas, también por sus decisiones.

Muchas mujeres faltan continuamente el respeto a sus maridos, y no tan sólo a nivel privado, sino en público, delante de los hijos o de otros familiares o amigos.

Te recuerdo que nuestra influencia en ellos es muy grande ¿recuerdas que tenemos un sexto sentido? Un don natural y sobrenatural para ayudarles, pero no lo vamos a lograr si les faltamos el respeto.

Afirmación

Un hombre necesita de su mujer palabras de afirmación. Aunque sean tan grandullones y fuertes tienen muchas inseguridades.

"Tú puedes", "Te salió genial la ponencia", "¿Qué haría yo sin ti?", "Me derrito por tus huesos", "Eres un buen padre", etc.

Si les das palabras de afirmación realmente le estarás ayudando a perfeccionarse en llegar a ser esa persona que deseas que sea y que Dios también desea que él sea.


Confianza

Un hombre valora mucho que su esposa confíe en él. De hecho, en una pareja donde no hay confianza no hay nada.

La confianza está basada en la amistad. Entonces debieras preguntarte ¿Somos realmente amigos?

Para mi, mi esposo es mi mejor amigo. No hay nada que él no sepa y que no le cuente. Me dirás: "Belén, no me lo creo". Pues realmente, lo creas o no, es así, y eso es lo que nos salvaguarda. Yo confío en él y él en mi. Hay que saber cómo y cuándo contar las cosas, eso sí, pero él y yo, somos uno, para lo bueno y para lo malo.

Os pondré un par de ejemplos:

Un día se me cayó el móvil al wc. Lo metí en arroz, le pasé el secador y lo recuperé. Era el único celular que compartíamos los dos. Ese mismo día él llegó cansado del trabajo y preocupado por otros temas, no era el momento adecuado, así que esperé unos días para contárselo, nos reímos mucho del suceso.

Alex y yo también tenemos pequeños pactos de confianza. Uno es referente al dinero, el otro referente a nuestra relación con personas del  otro sexo.

A partir de cierta cantidad de dinero pactado, los dos sabemos que debemos preguntarle al otro algo así como "¿te importa que me gaste esta cantidad en esto o aquello?" o "¿crees que me puedo comprar esto?" Esto nos da confianza para gastar cierto dinero en algunas cosas con plena confianza de que el otro es consciente de las necesidades económicas de la familia y que no lo va a derrochar.

En el otro tema tenemos pactado nunca estar a solas con otro hombre o mujer en ningún lugar cerrado. A pesar de que confiamos plenamente el uno en el otro, es un tema delicado.  Desgraciadamente conocemos casos muy cercanos de infidelidades, resbalones o llámese como quiera, que se pudieran haber evitado. Por eso dice la Palabra.

"El que piense estar firme, mire que no caiga" (1 Co. 10:12)

Bueno, para mí estas tres cosas son muy importantes, a tener en cuenta en nuestra relación con nuestros maridos. Vamos a ver ahora algunas de las necesidades básicas que ellos tienen y comprobarás por qué digo que son como niños.


Necesidades básicas de un esposo:


-Alimentarlos


La comida es muy importante, por ello saber cocinar y conocer aquellas cosas que les gustan es fundamental. Detalles como que la comida esté preparada cuando llega del trabajo,(siempre que sea posible y entendiendo que tú no tienes un trabajo secular) que para cenar se les sirva de una manera especial o  le sirvas su café o té en su taza preferida, preparar un vermú especial para el Domingo o traerle alguna "chuchería sorpresa" de vez en cuando son cosas que le hacen sentirse cuidado y amado.

-Vestirles

Cierto que hay hombres más presumidos que otros, pero que su ropa esté lista cuando la necesitan o que haya espuma de afeitar, es otra de las cosas con las que se sienten amados. A Alex por ejemplo, le encanta que yo le corte el cabello y le arregle el bigote y también le hace mucha ilusión ver su percha del Domingo con su ropa impecablemente planchada y que le ayude a colocarle los gemelos en los puños de la camisa. Son momentos cotidianos en los que nos sentimos cercanos. A mí personalmente, me encanta cuidarlo y verlo guapo.

- Respetar su espacio y sus aficiones

Simplemente sé que hay momentos en los que necesita desconectar. Durante esos momentos no sirve de nada que le hable o le pregunte cosas, es inútil. A veces no entiendo sus aficiones, pero de vez en cuando le pregunto cómo va la liga o quién ganó durante la partida con su amigo a algún juego de estrategia. Otras veces necesita salir a ver algún partido en el bar (los bares españoles nada tienen que ver con los de latino américa) y comentarlo con otros hombres.

-Suplir otras necesidades físicas.

Sí, me refiero al área íntima Una necesidad para ellos tan importante como el comer o respirar. Un tema muy interesante del que también hablaremos en su momento y del que la Biblia trata también. El diálogo es muy importante y aprender a disfrutar juntos también lo es.

¿Qué otras necesidades se te  ocurren? ¿Estás de acuerdo con las que yo menciono? Seguro que hay muchas más maneras, dependiendo del carácter o personalidad de cada uno, en las que  podemos cuidarlos y hacer que se sientan amados.

Pero ¿qué pasa cuando nosotras lo damos todo y ellos nada o casi nada? igual te preguntes.

Y yo digo,¿de qué sirve exigirles y mandarles de malas maneras?¿es así como esperas que cambien? Dios nos manda a que cumplamos cada uno con lo que debemos cumplir y Él hará el resto.

Ciertamente, hay dos partes que cumplir, como hablamos en el post de ¿Sexo débil? Si tú cuidas de él, como esa ayuda idónea, y él te trata sabiamente, como a vaso más frágil y te ama como Cristo amó a la iglesia, el fruto es espectacular. Eso es lo ideal.

He visto maridos tozudos cambiar gracias a la paciencia, constancia y fidelidad a la Palabra por parte de sus esposas, y por supuesto a sus oraciones. Pero creéme si tú haces tu parte por amor a él, de una manera genuina, puedes llevarte grandes sorpresas. De eso trata la foto de hoy, porque en definitiva, son como niños...












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