martes, 6 de octubre de 2015

Amas de casa en peligro de extinción.

Uno de los artículos en la cabecera del blog se llama Amas de casa "Old School" y ahí puedes leer la idea general a la que me refiero en el artículo de hoy.

Las amas de casa siempre serán amas de casa aunque no quieran serlo, sólo por el hecho de ocuparse, unas más y otras menos, de las tareas del hogar y cuidar de su familia.

Aceptar nuestra realidad como amas de casa no siempre es fácil, a mi me ha costado años. Pero cuanto antes lo aceptemos, mejor. Y no solamente eso, como cristianas ya no somos simples amas de casa, pasamos a ser "Constructoras del Hogar", porque no nos limitamos a ver nuestro trabajo como simples tareas con las que cumplir, sino como un servicio o acto de amor a nuestra familia, y aún se extiende más allá, también a aquellas personas cercanas que nos rodean.

Partamos ahora del hecho de que aceptamos nuestra labor en toda su magnitud. Nos daremos cuenta de que hay muchas cosas que no sabemos hacer, ya sea por nuestro desinterés personal (como ha sido mi caso) o por nuestra falta de experiencia.

En cuanto a las tareas:

Gracias a los avances de la tecnología el trabajo de ama de casa se ha vuelto cada vez más sencillo. Lavadora, lavavajillas, aspiradora, robots de cocina...y esto es maravilloso, porque cuanto menos tardemos en hacer nuestras tareas, más tiempo tendremos para ocuparnos en "edificar" a nuestra familia de otras formas.

Me da mucha pena cuando veo a mujeres estupendas que no tienen interés ninguno por ciertas materias que antes formaban parte de los conocimientos básicos de un ama de casa, y por supuesto, que nunca enseñarán a sus hijas. Quizá me equivoque y no sea desinterés o pereza, sino ignorancia, quizá sus madres tampoco les enseñaron a ellas, y es por eso que hablamos de amas de casa en peligro de extinción.

Voy a compartir con vosotras una lista de "asignaturas" que me he impuesto a mí misma y que creo que se deberían seguir enseñando, primeramente a nuestras hijas, y en segundo lugar a todas aquellas mujeres que nunca tuvieron la oportunidad de aprender.

-Cocina tradicional (no robotizada)

-Repostería básica

-Costura básica (acortar mangas, subir dobladillos, coser botones, pegar cremalleras...)

-Administración del hogar (presupuestos  económicos básicos )

-Planificación básica de las tareas del hogar

-Planificación del menú semanal

Yo he añadido para mí  también botánica básica, caligrafía y otras artes como música o pintura, etc. Antiguamente todas las jovencitas aprendían algún instrumento como el piano, canto o a recitar poesía o dibujar, pero esto es algo ya, para las amantes de antiguas eras...


En cuanto a la edificación de la familia:

Esta es una tarea olvidada o más bien desconocida, pero en la que, como hijas de Dios, debemos poner énfasis y dedicación, y  que está directamente relacionada con nuestro rol como mujeres, esposas y madres, según el diseño divino que nos muestra la Palabra, lo cual te estoy mostrando en las entradas de los Viernes.

Las materias que yo considero indispensables y que estoy aprendiendo son:

-Vida devocional

-Estudio bíblico (basado en una relación personal con Dios)

-Cómo organizar una agenda de oración por nuestra familia (a nivel personal y en común, ésta última en conjunto con nuestros esposos)

-Cuidados del esposo y de la relación afectiva y marital (estudiarla en gran parte en conjunto con él)

-Cuidados y educación de los hijos en las diferentes etapas de su vida (bebés, infancia, adolescencia y juventud)

-Hospitalidad (nociones básicas de protocolo y buenas maneras)
  y servicio social básico.



Bueno, estas serían las materias que yo considero básicas para una verdadera ama de casa "old school". ¿Qué pensáis?

Ahora mismo estoy aprendiendo a mejorar mis nociones básicas de costura. He sacado de nuevo mi olvidada máquina de coser, a ver si poco a poco nos vamos haciendo amigas. Mi sueño es poder llegar a confeccionarme mis propios vestidos. De momento, he acortado las mangas de uno de mis vestidos preferidos (ese día llevaba una sudadera con rosas y el vestido es de rosas, casualidad o mucho amor por las rosas) y he subido el dobladillo de otro vestido y de unos pantalones. Os dejo alguna foto.

Besos.





















4 comentarios:

  1. Prima, gracias a Dios porque tenemos el mismo sentir, nos preocupan las mismas cosas que repercuten en nuestras familias, y en las próximas familias de nuestras hijas.
    Esto que mencionas es algo bien cierto, cada vez hay mas desinterés por el ser una buena y dedicada ama de casa. Yo tampoco me quise meter mucho a la cocina con mi mamá cuando niña, y después me vine a vivir sola a Querétaro para la universidad y ahí comencé a aprender a cocinar, a lavar, a hacer la limpieza.... y la verdad que me encanta que mi niña sí tenga el interés de ayudarme y de aprender a cocinar, a lavar la ropa, o doblarla, a mantener en orden su habitación, busca ayudarme en lo que puede y definitivamente me aprovecharé de ello para que aprenda mas cosas y sea mejor que yo en muchos aspectos :)
    Dios bendiga por el tiempo, el amor y la dedicación a cosas en verdad importantes. Besos hermosa.

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    1. El ejemplo es muy importante...porque aunque en el momento nuestras hijas no demuestren interés, algún día se acordarán de nosotras, es como sembrar y recoger a largo tiempo. Mi hija ya es mayor, a veces pienso que he perdido mucho tiempo, que podría haberle enseñado antes, pero esos tiempos en los que cocinamos juntas o le enseño otras cositas básicas ¡no tienen precio!

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  2. ¡Que alegría y esperanza que da el ver que aún hay mujeres como tú!
    Mi madre (que en la gloria de Dios esté) fue “constructora” de hogar.
    Ella nos enseñó lo que de espiritual tenemos, con su ejemplo primero y con su pedagogía del día a día.
    No tuvo hijas (solo dos niños), pero ya en su vejez, seguía cocinando…
    Por ayudar en la tarea (ya penosa para su edad), argüí que quería que me enseñara a cocinar y a realizar tareas del hogar con el objeto de aprender su forma de cocinar.
    Este argumento la tranquilizó en la posibilidad de su “descarte”, y comencé a aprender y practicar todo el déficit que tenía.
    Dos resultados:
    Su vida se le hizo llana y suave, sorprendida por mi iniciativa se aplicó en la enseñanza, que gracias a ella, años después me fue herramienta imprescindible para sobrevivir a los procelosos años que siguieron a su muerte.

    Pasamos de ser yo su ayudante, a ser el actor principal en la “tarea del hogar” siempre asistido por su “adorable presencia” sentada en su sillón, recuerdo con cariño las horas que pasábamos hablando mientras yo cocinaba, planchaba o hacía otra tarea.

    Hoy veo por comparación, el enorme regalo que nos dio.

    Gracias por ser así, y no te desanimes, eres lo bueno entre tanta cosa banal.
    Un abrazote
    Alberto Antonio

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  3. ¡Qué testimonio tan bonito Alberto! Felicitaciones por haber tenido una mamá así, y aunque no tuvo hijas, fue igualmente un ejemplo para tí, y que al mismo tiempo te fue útil para servirla a ella como ella os sirvió a vosotros. Bravo por tu coraje y tus ganas de aprender.

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